Los trastornos mentales y la Teoría Límbico-Cortical de la conciencia

5186
Jonah Lester
Los trastornos mentales y la Teoría Límbico-Cortical de la conciencia

Ninguna teoría de la conciencia puede existir independientemente de la realidad de la naturaleza humana; sus normas deben ir de la mano con la experiencia de vivir una vida humana.

Nuestra comprensión del cerebro y del sistema nervioso viene en gran medida a partir del conocimiento que deriva de las enfermedades y patologías mentales. La neurociencia en este sentido es ciertamente interesante, pero a menudo se aplica de manera limitada y dogmática, demasiado rígida como para ser de utilidad en el desarrollo de una teoría de la conciencia.

La influencia de la psicofarmacología, en gran medida instaura la creencia de que los neurotransmisores y la química del cerebro son la base indiscutible de la conciencia y la psiquiatría, una construcción rentable y por lo tanto muy cuestionable. Pero una verdadera teoría de la conciencia debe tener en cuenta mucho más que simplemente neurotransmisores y la química del cerebro; debe tener en cuenta la naturaleza humana, la forma en que se manifiesta en el cerebro y el cuerpo, cómo se desarrolla y organizada, y cómo todo evolucionó.

Cada vez más estudios de investigación muestran que muchos trastornos mentales enumerados en DSM5 podrían ser tratados con éxito mediante la desactivación intencional de circuitos límbicos problemáticas en nuestro cerebro. Para entender este proceso tenemos que considerar cómo los procesos límbico-corticales se desarrollan en nuestro cerebro.

Se cree que en el sistema límbico se genera la organización de la conciencia.

El desarrollo de la conciencia

Según la teoría límbico-cortical, el desarrollo de la conciencia se empieza a generar en etapas muy iniciales de la vida. Su primera génesis se produce en los bebés, una vez que alcanzan alrededor de seis semanas de edad, momento en el que el sistema límbico-cortical está lo suficiente maduro como para crear una sensación sin forma de "ser", como un Yo sin forma. El primer mapeo de la experiencia comienza mientras el bebé está todavía en el vientre materno, cuando la corteza límbica está formándose, y continúa a medida que el niño se relaciona con el medio ambiente materno.

A medida que el bebé se convierte en un niño pequeño, va absorbiendo como una "esponja" enormes cantidades de información de su entorno, información con la que la corteza límbica crea un “mapa” basado en las experiencias y creando un sentido definido del "yo" y de los "otros". Este concepto se vuelve más y más ordenado, hasta que llega a la etapa simbólica, o la conciencia, que es una representación con con imágenes en la mente, una creación de la imaginación del niño. Así surge el primer verdadero sentido del niño sobre sí mismo.

Esta imagen de sí mismo se encuentra en construcción continua, modificándose y evolucionando durante la niñez y la adolescencia a través de los mapas del cerebro límbico-corticales ya establecidos, que gobiernan a través del procesamiento bastante automático de a través de toda la corteza cerebral, guiando al niño a través de la vida. La conciencia por lo tanto, no se encuentra en una región concreta de la corteza, sino que puede verse como un producto de todo el sistema. Cada parte de la corteza sirve esta misión del conjunto, en lugar de existir por sí misma.

Esta es la razón por la que los abusos durante estos años de formación pueden marcar, y de hecho lo hace, el autoconcepto de una persona para el resto de su vida. Cuando se estimula excesivamente el cerebro, se agotan las reservas de serotonina y esto provoca intentos disfuncionales en el afrontamiento que, con el tiempo, se pueden unir a un trastorno mental.

Aplicación de la teoría límbico-corticales de la conciencia para tratar trastornos mentales

La esperanza para las personas con enfermedad mental reside en el hecho de que estas asignaciones corticales aprendidas, en realidad se pueden cambiar. Los circuitos problemáticos pueden ser "desactivados" por falta de uso, y los circuitos más funcionales pueden ser activados en su lugar, construidos a través de nuevas y mejores experiencias.

Este cambio se inicia a través de un proceso de duelo, en el que los viejos circuitos empiezan a desvanecerse en el sistema límbico, y se crean nuevas estrategias con ayuda de un cambio consciente.

En este proceso se basa gran parte de la psicoterapia, en la idea principal de que se pueden crear nuevos circuitos y conexiones cerebrales gracias a nuevas experiencias y conocimientos, que sustituyan los antiguos, disfuncionales y dolorosos.


Ainda sem comentários